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martes, 20 de noviembre de 2018

LAMENTO POR EDIFICIOS PERDIDOS EN LA CIUDAD DE CUENCA


SOS PATRIMONIO CONQUENSE manifiesta al  ayuntamiento de Cuenca su malestar por la demolición de edificios sin haber tomado medidas para su conservación y protección.

Con tristeza, en estos últimos días en los medios de comunicación de la ciudad de Cuenca, leemos sobre la demolición de varios edificios en el centro urbano. El situado en la calle de los Tintes esquina con c/Fray Luis de León,  el de calle José Cobo 6 o el de Paseo de San Antonio 4, todos ellos, en mayor o menor medida poseedores de un cierto valor patrimonial para la arquitectura conquense.
En el catálogo de bienes y espacios protegidos que se elaboró para el Plan de Ordenación urbana de 2006 (versión de Julio de 2008) encontramos al edificio de paseo de San Antonio 4, junto con su vecino del número 2, a los que se otorgaba una protección de carácter ambiental. También el edificio de c/ José Cobo 6 aparecía en este catálogo, en este caso con una protección parcial. En el caso del edificio de la calle de los Tintes, este se encuentra dentro del ámbito del Plan Especial del Casco Antiguo y sus Hoces, con un nivel de protección IV (sobre 7).
Con ello no queremos indicar que no se haya procedido legalmente al conceder las licencias pertinentes para su demolición, pero si queremos hacer constar nuestro malestar ante la falta de medidas que hubieran permitido su conservación.

Vivienda en Paseo San antonuo nº 4.Cuenca

Ese Catalogo de Bienes y Espacios Protegidos, al igual que el resto del POM, no llego a ser aprobado, por lo que los edificios que aparecían en él no recibieron esa protección. Al comprobar los bienes catalogados en 2008, hemos visto que en estos últimos diez años han desaparecido, al menos, otros tres inmuebles de la ciudad incluidos en dicho documento. Estos desafortunados edificios fueron los situados en Paseo de San Antonio 6, con protección ambiental, en avenida Castilla-La Mancha 18 y el del Instituto Nacional de Meteorología, con protección parcial en estos dos últimos casos. Más suerte tuvo el cerramiento del Parque San Julián, incluido en este catálogo con protección integral (el máximo nivel),  cuya eliminación recientemente se propuso y que gracias al clamor popular pudo ser frenada.
Por ello y ante futuras situaciones que pudieran derivar en la perdida del patrimonio arquitectónico conquense, hacemos un llamamiento a que se pongan todos los medios posibles para que se de protección a los bienes inmuebles de valor patrimonial situados más allá del límite del casco histórico, teniendo lo antes posible un nuevo Catalogo de Bienes y Espacios Protegidos, o habilitando hasta su aprobación una modificación puntual del Plan General vigente que establezca protecciones a este patrimonio.
Finalmente, pedimos a las distintas administraciones que dentro de sus competencias hagan a los propietarios de los edificios protegidos más fácil su conservación, por medio de ayudas especificas para su mantenimiento, o con reducciones de impuestos tales como el IBI o el de construcciones en el caso de obras de rehabilitación que permitan mantener los valores que generan su protección.


Edificio de viviendas en Calle cobo nº 6 .Cuenca.
Edificio en Paseo San Antonio nº 6.Cuenca.

Parque de San Julian.Cuenca


Instituto Nacional de Meteorología.Calle Cañete.Cuenca.






viernes, 9 de noviembre de 2018

LOS VECINOS DE NARBONETA Y S.O.S PATRIMONIO CONQUENSE DENUNCIAN EL DESASTRE ECOLÓGICO COMETIDO POR LA ÚLTIMA EMPRESA EXTRACTORA DE CARBON EN EL VALLE DE LAS MINAS DE HENAREJOS

El tema de la Cuenca minera de Henarejos ya lo tratamos en este blog  en una entrada relizada por Jose Saiz Valero y Mariano  López Marín y publicada con fecha 26-4-2018 en la que ya comentábamos el desastre ecológico cometido  en la misma por la ultima empresa que sacó carbón.

Ahora recogemos la  denuncia formulada por los vecinos de Narboneta y nuestra asociación S.O.S. Patrimonio Conquense  por los destrozos causados   en el Valle de las Minas de Henarejos y recogida por la Tribuna de Cuenca .Muchas gracias a Jonatan López por este trabajo


La noticia sobre las Minas de Henarejos en la Tribuna de Cuenca (3 y 4 de Noviembre).(Fin de Semana 3 y 4 de Noviembre de 2018) pág. 20 y 21.Reproducimos aqui esta noticia 


JONATAN LÓPEZ / HENAREJOS 



DESASTRE ECOLÓGICO


“Los vecinos de Narboneta y S.O.S Patrimonio Conquense denuncian los destrozos causados por la última empresa extractora de Carbón en el Valle de las Minas de Henarejos
                                         Fotografía gentileza de la tribuna de Cuenca.Gracias.

Dicen los expertos que una catástrofe o desastre en el medio ambiente natural es provocada por la alteración del ecosistema durante largo tiempo. Las malas prácticas, los destrozos causados por la mano del hombre pueden desembocar y tener un efecto grave para la vida humana, que terminará por abandonar el lugar y migrar hacia otro sitio. Ese podría ser el caso de las Minas de Henarejos, un paraje de alto valor ecológico de esta parte de la provincia, en la Serranía Baja, que hoy se ha convertido en una escombrera. Bajo la tierra y el carbón amontonado está sepultado el rico patrimonio que atesoraba el paraje, varias entradas a las minas subterráneas y las viviendas construidas para los obreros de dos de sus barrios. Edificaciones sencillas, pero de alto valor, que fueron construidas con el estilo arquitectónico obrero de la época. SOS Patrimonio Conquense, la asociación que vela por los bienes de la provincia, acusa a la última empresa que extrajo hulla -no hace muchos años- de haber destruido el paisaje minero, el patrimonio cultural, etnográfico e industrial y de privar a sus vecinos y visitantes de un entorno «inigualable». El desastre ecológico es «un atentado contra el patrimonio, imperdonable para los descendientes de este lugar y sus familiares». 
Los expertos aseguran que la zona «es única», del Carbonífero Superior
LA HISTORIA DE LAS MINAS. Los expertos aseguran que el pequeño afloramiento de la zona minera de Henarejos «es único» por aquello de pertenecer al Carbonífero Superior y estar situado en el centro de la península. Los romanos ya las explotaron y extrajeron plata, pero fue a fina-les del siglo XIX cuando se comenzó a sacar carbón. La calidad y cantidad era tal que a principios del siglo XX se construyeron hasta tres barrios -de abajo, de arriba y nuevo- que alojaron a cerca de 300 personas hasta la década de los 60. Eran familias jóvenes que decidieron que aquel era un buen sitio para criar a sus hijos y ganarse el pan. El Valle de las Minas, como así se llamó, contaba con bares, cuartel de la Guardia Civil, economato, horno, lavadero y hasta un colegio para los niños. Los mineros provenían en su mayoría de Henarejos, Narboneta y de la comarca, aunque también llegaron especialistas de Andalucía y Asturias. Y es que la naturaleza del carbón y la situación hizo que en distintos periodos se recurriese a este yacimiento para proveer a las tropas del Gobierno de la República -durante la Guerra Civil-, se dedicase a extraer combustible para la construcción del embalse de Benagéber (Valencia), o se hiciera uso de él para las locomotoras del tren que cubrían la línea Aranjuez-Utiel. De hecho, cuentan las crónicas que la estación más próxima, la de Enguídanos, se construyó lo más cerca posible para facilitar el transporte del mineral. Incluso se pensó en levantar un ramal que partiera de la propia línea y atravesará las minas en dirección a Teruel. En los 60 se dejó de extraer. Las empresas creyeron que ya no era rentable sacar carbón y los vecinos de los barrios fueron poco a poco volviendo a sus casas o, en algunos casos, migrando hacia tierras de Cataluña y del Levante. Eso sí, en años siguientes se sucedieron varias contratas para explotarlas, pero la incidencia fue mínima. Hubo extracciones desde 1983 a 1989 y otras que culminaron en 2002, a cielo abierto. Las minas pasaron a ser explotadas en el año 2009 por la empresa leonesa Emergicar, que en los años siguientes se dedicó a la extracción del carbón hasta 2014. Las máquinas movieron las tierras, sepultaron los barrios del sur con montones de tierra y grava, arrasaron con la vegetación y dejaron gran parte de la hulla y el carbón amontonado. También se realizó un enorme socavón de más de ocho metros de profundidad que acumula una gran cantidad de agua de lluvia, de los barrancos y de las fuentes próximas. La localidad más próxima a las minas, Narboneta, sufre las mayores consecuencias de este desastre ecológico. Los caminos han quedado intransitables, el arroyo que pasa por las minas arrastra el carbón y, cuando llueve torrencialmente, deposita el barro negro en la localidad. Otro problema añadido es el miedo que tienen los vecinos a que pueda producirse un incendio en el área, pues la dificultad para acceder complicaría las tareas y la extinción podría llegar a ser muy laboriosa. 


                                  Fotografía gentileza de la Tribuna de Cuenca.Gracias
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JUDICIAL: La empresa que introducía droga oculta en el carbón.
Emergicar, la empresa dedicada a la compraventa de carbones que explotó las minas de Henarejos, fue condenada por la Audiencia de León hace justamente dos años. La sentencia responsabilizaba al administrador de la sociedad, J.M.R.M. del concurso de acreedores que había llevado a la ruina a la compañía dedicada a la compra-venta de carbones y que ejercía como principal suministrador de ArcelorMittal. Uno de los contenedores de Emergicar que llegó al puerto de El Musel de Gijón fue interceptado por la Guardia Civil que decomisó en noviembre de 2014 —año en que Emergicar abandonó la explotación de Henarejos— 295 kilos de cocaína. J.M.R.M. acabó encarcelado. Dos años después, los vecinos de Narboneta aseguran que «ya está en la calle». Por su parte, el Ayuntamiento de Henarejos -en cuyo municipio se encuentra el conjunto minero -indica que ha pedido responsabilidades por el destrozo ecológico y asegura que ha judicializado el asunto ante los tribunales. 

RECOGIDA DE FIRMAS. La empresa que tuvo la explotación «era una tapadera. Aquello quedó abandonado, sepultaron las viviendas históricas y nadie les pidió responsabilidades», explica María Asunción Genovés, vicepresidenta de la Asociación Cultural y Patrimonial Arnacheros de Narboneta, que desde el verano recoge firmas en papel con el propósito de denunciar la grave situación. Genovés, miembro de SOS Patrimonio Conquense, afirma que el colectivo considera que «la acción que se ha cometido es un delito contra el medio ambiente. Además de haber modificado el cauce original del arroyo de las Minas, se han alterado por completo el régimen de caudales y con ello las condiciones biológicas e hidromorfológicas del dominio público hidráulico, por no hablar de la desforestación». «No hay vergüenza», dice José Sahuquillo, uno de los vecinos de Narboneta, quien comenta que «estuvieron cambiando tierra de un lugar para otro. ¿Qué pasaba? Traían drogas de Sudamérica en medio del carbón, hasta que los pillaron. Desaparecieron de aquí y dejaron todo hecho polvo». El residente, que llegó a trabajar en una de las minas, recuerda que el ambiente «era estupendo. Toda la gente se llevaba muy bien, hacían bailes los domingos, era todo muy familiar y se estaba divinamente. Ahí estuve trabajando y después hice la mili en la mina de Sánchez. Estaba esa», prosigue, «y la de un tal Portolés, que se llevaba muy bien con Franco y tenía el despacho en Camporrobles. Se cerró porque no era rentable». Cree que aún hay carbón de buena calidad para extraer, pero el problema es que «por ahí no puede pasar un camión ni nada». 
Miguel, propietario del único bar de la localidad, asegura que uno de los empresarios de compañía extractora llegaba algunas noches «acompañado de varias mujeres, e invitaba a todo el mundo». Del entorno de las minas asegura que «está todo destrozado. Han enterrado todas las casas. Una pena. Aquello era una maravilla, con varios manantiales de agua buena, pero llegaron estas empresas y cambiaron el polvo negro por polvo blanco»

Reproducción de las paginas de la Tribuna de Cuenca donde aparece este excelente trabajo.Muchas gracias.


                    Cartel existente a la entrada de las minas.Todo ha quedado sepultado.Foto Jose Saiz Valero.


Distintas vistas de las Minas de Henarejos.Jose  Saiz Valero.